¡Bienvenidos a Nuestro Museo!
La obra de Joana se construye desde la intimidad, no como espacio de clausura, sino como territorio de resistencia y de reinvención. En su práctica, lo doméstico no es un lugar menor ni pasivo; es el punto de partida para habitar y desbordar los límites entre lo público y lo privado, entre el cuerpo y el objeto, entre el gesto y la identidad. La habitación, su habitación, se convierte en una plataforma desde la cual se ejercen modos de presencia que no buscan ser entendidos sino sentidos, que no se afirman en una definición, sino que insisten en la posibilidad de imaginar otras formas de estar.
Repetir un gesto hasta que se desgaste, hasta que se vuelva otra cosa, hasta que desobedezca su propia lógica, parece ser una estrategia constante en su obra. No hay en ello una búsqueda de estilo o de claridad, sino un impulso vital por torcer el tiempo, por imaginar un después, por insistir en lo que aún no ha llegado, pero se intuye posible. Esa repetición no agota, transforma; no encierra, abre; y en esa apertura se filtra un deseo de futuro, uno que no existe aún, pero que empieza a delinearse entre brillos, materiales domésticos, registros de cuerpos cercanos, objetos intervenidos y superficies afectivas.
Joana no representa su feminidad, la encarna. La hace aparecer en los materiales que elige —esmaltes, escarcha, stickers, superficies recicladas—, pero también en la actitud con la que interviene el mundo que la rodea. Lo suyo no es un acto decorativo, sino una operación política y sensible que traviste los lenguajes de la pintura, que convierte lo precario en potencia, y que encuentra en lo íntimo un espacio para la invención. Habitar el cuarto es, para ella, una manera de ensayar otras vidas posibles, de hacerse y deshacerse con libertad, de celebrar la posibilidad de no ser una sola cosa. Y así como traviste la habitación, con esta exposición también traviste el museo, lo suaviza y lo cuestiona, vuelve el espacio museal un lugar para la danza, el baile, desplazando sus márgenes con la misma fuerza con que desborda lo doméstico.
No se trata de retratar una identidad, sino de jugar con ella, de tensionarla, de volverla fiesta, máscara, performance, artificio. Y es ahí donde lo personal se vuelve político: cuando las imágenes dejan de representar y comienzan a vibrar con las contradicciones del deseo, con la incertidumbre de lo que está por venir. La obra de Joana no responde, propone; no delimita, sugiere; no concluye, insiste. Y en esa insistencia luminosa, íntima y punk, se revela una práctica artística que se atreve a imaginar, desde el encierro, la posibilidad de un afuera diferente.
Luis Fernando Bautista
Curador
Joana Saavedra
(Ibagué, 1991)
Maestrx en Artes plásticas y Visuales de la Universidad del Tolima, ha desarrollado una práctica artística que abarca el performance, la pintura, la fotografía y el sonido.
Su exploración del performance como herramienta de investigación se centra en la interacción de su cuerpo con una variedad de materiales, dando lugar a narrativas que examinan conceptos de silencio y ausencia. . A través de intervenciones sonoras en diferentes espacios, busca investigar los actos del habla y su impacto en la esfera pública y privada.
En su trabajo pictórico, Joana se centra en desestabilizar la idea de identidad y paisaje, creando un lenguaje propio a través del uso de materiales como el esmalte para uñas, para explorar el potencial del color y la forma.
Además de su trabajo individual, Joana Saavedra es parte del equipo de PLATAFORMA SONORA, una colectiva LGBTIQ+ comprometida con la visibilidad de artistas emergentes locales y nacionales.